Un trocito de Luna en tus manos

por Ainhoa Mendizabal

¿Quiénes somos?

Somos Javi y Ainhoa. Nos mudamos hace casi 20 años al valle de Luna: un lugar declarado Parque Natural y Reserva de la Biosfera, situados en plena Cordillera Cantábrica, en el límite entre León y Asturias; rodeados de aire y agua puros, que producen plantas de gran calidad.

Aquí, en Caldas surge un manantial de agua termal que aprovechamos para fabricar nuestra cosmética de calidad. Un agua termal comparable a la de marcas de prestigio, con oligoelementos de gran valor.

Hemos sido reconocidos con una estrella por la Asociación francesa “Slow Cosmétique” siendo la primera empresa española en entrar en dicho directorio “verde”.

Necesitamos acondicionar una sala como secadero, instalando una estufa y estanterías; para volver a venderlos.

Queremos tener secos (y listos para enviar a nuestros lunátic@s) los primeros jabones para la primera semana de mayo.

¡Nos encantaría volver a presentarlos en Biocultura Barcelona!

Qué podemos hacer por ti y por el planeta

Necesitamos acondicionar una sala como secadero, instalando una estufa y estanterías; para volver a venderlos.

Queremos tener secos (y listos para enviar a nuestros lunátic@s) los primeros jabones para la primera semana de mayo.

Elaboramos artesanalmente productos cosméticos con certificado BIO. La base de todos nuestros productos es el agua termal de Luna, declarada minero-medicinal en 1917.

Hacemos nuestros productos con paciencia y cariño: en pequeños lotes realizados por el método tradicional en frío; en puchero.

Le añadimos las propiedades de las plantas de nuestro entorno, declarado Reserva de la Biosfera; y el mejor aceite de oliva virgen extra para cuidar las pieles más sensibles.

Realizamos nuestros productos de forma artesana, cuidándolos como si fueran tu propia piel.

Todos nuestros productos se elaboran priorizando ingredientes de Km 0: con savia de abedul, agua termal y plantas de cultivo propio. Utilizamos aceite virgen extra BIO, con alto contenido de vitamina E.

Nuestras instalaciones cuentan con una placa solar para iluminación y no necesitamos más energía que la de nuestros brazos, para realizar las mezclas.

Cuidamos las pieles más sensibles

Nuestra agua termal fue declarada minero-medicinal en 1917, entre otros motivos, por ser beneficiosa para todo tipo de problemas de piel: cuperosis, rosácea, dermatitis, etc. La hemos combinado con savia de abedul (también beneficiosa para la piel), con aceite de oliva y con plantas y aceites esenciales. Todos estos ingredientes ofrecen un mínimo riesgo de reacciones y muchas mejoras en la piel.