El Acuerdo de París sobre el cambio climático planteó la necesidad de establecer medidas para limitar el aumento, ya predecible, de la temperatura global del planeta en 1,5ºC con respecto a los niveles preindustriales. Así, 96 países y la misma Unión Europea asumían que sólo con este esfuerzo para frenar el aumento podría descender los efectos adversos que está produciendo las personas y su ritmo de vida en el planeta. Uno de esos efectos, tal y como comentábamos, es la sequía.
El último estudio publicado por el
Centro Helmholtz para la Investigación del Medioambiente (UFZ) en la revista Nature Climate Change auguraba, para
final de siglo, un pronóstico desalentador si seguían sin hacerse efectivo el férreo
compromiso que mostraron los países hace tres años: 3 grados más temperatura
media y, como consecuencia, un 26% de Europa estará en sequía. En los casos más
extremos, las regiones afectadas por la sequía podrían expandirse en la Europa
mediterránea al 49%.
Un aumento de la temperatura de más
de 3 grados también significaría que ya no dispondríamos de 35.000 metros
cúbicos de agua por cada kilómetro cuadrado de tierra. Además, el número de
meses de sequía por año ascendería a 5,6 meses y en algunas partes de la
Península Ibérica podrían resultar más de 7 meses. Con todo, hasta 400 millones de personas podrían verse
afectadas.