Los reguladores eléctricos son mecanismos que permiten aumentar o disminuir la intensidad de las bombillas regulando su energía. Al no tener una intensidad fija se logran ahorros de luz.
Los reguladores de intensidad, también conocidos como dimmers o atenuadores, son mecanismos que permiten ajustar el brillo de las luces en escalas intermedias de inferior a máximo.
Estas variaciones en la intensidad se producen porque se aumenta o disminuye la cantidad de energía eléctrica que le llega a la bombilla, lo que permite reducir el consumo de electricidad sin tener que apagar la luz por completo.
Cada regulador de intensidad tiene una capacidad máxima de carga, que corresponde a la suma de la potencia de todas las lámparas que regulará.
Para saber qué capacidad debe tener tu dimmer sólo necesitas sumar los vatios de todas las bombillas que planeas conectar al dispositivo y verificar que no excede la capacidad máxima especificada por el fabricante.
El primer y más evidente beneficio de los reguladores de intensidad es el ahorro de luz: en la medida en la que se disminuye la intensidad de las bombillas, se disminuye de forma proporcional el consumo de electricidad.
Esto significa que una luz regulada al 30% de su intensidad máxima gastará, aproximadamente, 70% menos energía.
Una bombilla que siempre está brillando en su intensidad máxima tiene menos vida útil porque está sometida a un permanente estrés térmico y eléctrico. Cuando se juega con la intensidad del brillo, funcionan con menos tensión. Esto reduce la cantidad de reemplazos, lo que es equivalente a ahorros por concepto de mantenimiento y reposición.
Poder adaptar la intensidad del brillo de las bombillas según nuestras necesidades es uno de los beneficios de los reguladores. Cada momento del día puede tener una iluminación adaptada.
Además, la posibilidad de jugar con la iluminación mejora el confort y la estética de los espacios porque se pueden crear ambientes más acogedores o vivaces, sin tener que invertir en luces adicionales.
Al ajustar la intensidad de la luz, se puede obtener la cantidad exacta necesaria para ver correctamente en cada momento y según la actividad que estemos realizando. Esto mejora el confort visual y reduce el estrés y la fatiga ocular.
Los reguladores inteligentes pueden gestionarse y automatizarse desde sistemas de control centralizados como aplicaciones en smartphones, tablets, computadoras o asistentes de voz como Google Home, Apple Siri o Amazon Alexa.
Si tienes reguladores de intensidad inteligentes, durante las horas pico estos ajustarán de forma automática el brillo de las bombillas a la baja. De este modo se alivia la demanda de electricidad, se alivia la carga de la red eléctrica y se consume menos energía cuando esta es más costosa.
Al disminuir el consumo de energía también baja la demanda de producción de energía eléctrica. Esto contribuye con la reducción de nuestra huella de carbono porque hace falta generar menos electricidad para satisfacer nuestras necesidades.
Los reguladores de intensidad funcionan con la mayoría de las tecnologías lumínicas. Sin embargo, no son compatibles con todas las bombillas LED ni con todas las lámparas compactas fluorescentes.
Para que puedas maximizar los beneficios de estas tecnologías de bajo consumo debes asegurarte de que son compatibles.
Los reguladores más antiguos, por ejemplo, no funcionan con tecnologías de iluminación modernas. En ese caso, lo recomendable es actualizar los dispositivos de regulación para hacer el máximo de ahorros en la factura de la luz.
Otro aspecto que debes saber sobre los dimmers es que su calidad afecta en la eficiencia y en la cantidad de ahorro de energía. Un regulador de intensidad clase A ofrecerá mejores prestaciones de ajustes y eficiencia energética.
Si bien los reguladores son una gran herramienta para disminuir el consumo de electricidad, en especial si se combinan con otras tecnologías de eficiencia energética, siempre puedes hacer algo más.
Para lograr el máximo ahorro de luz te recomendamos: