El medioambiente es un recurso natural que debemos preservar y mantener en las mejores condiciones posibles para las futuras generaciones. Sin embargo, en los últimos años y como consecuencia de la cultura consumista en la que vivimos, los residuos plásticos han ahogado las vías fluviales, los océanos, la vida silvestre y los bosques, convirtiéndose en una grave amenaza para nuestros ecosistemas. Se estima que, si continuamos las prácticas actuales y el consumo de plástico, en 2050 alcanzaremos en torno a los 12.000 millones de toneladas de plástico llegando a incrementar el número de plástico por encima de los animales marinos.
En este sentido, las bolsas de plásticos presentan una de las principales amenazas para la naturaleza. Están fabricadas con polietileno, un plástico no biodegradable que tarda aproximadamente 20 años en deshacerse. Su producción requiere grandes cantidades de petróleo, emite gases de efecto invernadero, contribuye al calentamiento global y a la degradación del aire. La realidad es que en el mundo se utilizan 5 billones de bolsas al año de las cuales el 70% acaban en la naturaleza, afectando así a muchas especies en el océano y en la tierra.
Cada año mueren 100.000 animales marinos por plásticos cada año. Las características que hacen del plástico un material útil para los seres humanos, como es su durabilidad y ligereza, multiplican el riesgo que tiene para la fauna.
La consecuencia resulta en que los animales confunden las bolsas de plástico con alimento y acaban ingiriéndolas, provocando así asfixia o daño interno y pudiendo acabar en muerte. De hecho, algunos peces ingieren plásticos porque huelen a comida debido al efecto de las algas.
Entre los hábitos y comportamientos que pueden ayudar a la reducción del plástico en nuestra vida destacan:
Desde Lateuaterra te animamos a que optes por cambiar hábitos e inicies así un nuevo estilo de vida para cuidar el planeta, así como las futuras generaciones. No olvides que el bienestar ambiental y social aporta también bienestar personal. El hecho de tomar decisiones conscientes en nuestras vidas cotidianas y fomentar cambios a nivel comunitario, se puede contribuir a preservar el entorno natural, proteger la vida marina y reducir el impacto negativo para el planeta.