El pasado verano fue el más seco de la última década según los expertos consultados por Efeverde, todo depende de las lluvias de otoño, sin embargo cada día que pasamos sin agua estamos más cerca de entrar en situación de sequía extrema en 2018. Este hecho se debe no solo a que haya caído menos agua, sino a que ha llovido peor, explica Ana Casals, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Y, en caso de seguir así, nos enfrentamos a restricciones en los regadíos en 2018 para asegurar el abastecimiento.
La situación, por lo tanto, es de pre emergencia ya que la posibilidad de sequía extrema para el próximo año debido a la falta de lluvias obliga a plantear alternativas de control de agua, restricciones y la activación de la desalinizadora de Sagunto en la Comunitat Valenciana.
Junto a la problemática expuesta, se suma además, la falta de apoyo económico desde la administración central en materia de licitaciones para infraestructuras, entre ellas las hidráulicas necesarias. Dejando claro el descenso en la participación de la Comunitat Valenciana dentro de las licitaciones establecidas para el Mapama a nivel nacional desde el año 2012.
En el descenso en lo que a inversión de contratos o servicios de agricultura, pesca, medio ambiente y alimentación se refiere, hay una problemática común, el agua. Resulta curioso que viviendo una situación de pre emergencia de sequía en las franjas mediterráneas, la Comunitat Valenciana tenga unas licitaciones peyorativas respecto a otras comunidades autónomas. Los contratistas creen necesario invertir 1.500 millones de euros en actuaciones hidráulicas para optimar y remediar en lo posible el uso del agua.