El calentamiento global está afectando a las regiones más
frías del planeta, tanto la Antártida como las zonas del Ártico llegaron a
temperaturas nunca antes registradas, 40 grados por encima en el sur y 30 en el
norte según el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia y la Universidad
Côte d’ Azur.
El fenómeno del deshielo de los polos es una consecuencia
directa del cambio climático y está provocando la pérdida de la capa helada de
la Tierra, lo que implica una subida inmediata del nivel del mar.
Por otro lado, al mismo tiempo que los polos se derriten,
otras zonas de la Península Ibérica corren el riesgo de convertirse en
desiertos si no se busca una solución inmediata a la emisión de gases efecto
invernadero y al calentamiento global.