Muchas veces queremos gastar menos en nuestra factura, pero no estamos dispuestos a perder nuestro bienestar. En este artículo te explicamos cómo disminuir el importe de tu recibo sin renunciar al confort.
La necesidad de ahorrar
El precio de la luz en España no ha parado de subir en los últimos años, hasta convertirse en uno de los más caros de toda Europa. Esto se debe a varias razones. La primera es que la electricidad está gravada con un 21% de IVA, mientras que en otros países, como Reino Unido, el Impuesto sobre el Valor Añadido es solo del 5%, al tratarse la luz de un bien de primera necesidad. Por otra parte, la cuota que se paga por la potencia eléctrica contratada es más elevada que la media, y se trata de la parte fija de la factura, que se paga con independencia del consumo. Y por último el margen de beneficios de las compañías eléctricas es más grande que el de sus homólogas europeas.
Por esto cada vez son más los consumidores que se deciden a ahorrar energía para tratar de disminuir su factura de luz. Esto puede conseguirse utilizando un comparador de luz y gas, una herramienta web que confronta las tarifas de diferentes empresas, como pueden ser Som Energia, EDP o Endesa, para que el usuario pueda ver más fácilmente cuáles son los mejores precios.
Si quieres saber cómo utilizar uno de estos comparadores de luz y dónde encontrarlos, puedes encontrar más información en algunas páginas web, como la que te invitamos a leer a continuación: https://www.companias-de-luz.com/comparador-luz-y-gas/.
Gestos que te ahorrarán energía
A continuación vamos a enumerar una serie de consejos para que puedas ahorrar energía para reducir tu factura energética sin perder ni una pizca de confort:
Regula la temperatura del aire acondicionado acorde con la temperatura exterior. Si es invierno, no debería subir de 21ºC, y si es verano no debería bajarse de 24ºC. Recuerda que cada grado supone un 7% extra de consumo energético, y una diferencia de 10 grados de temperatura con el exterior es muy perjudicial para la salud.
Sustituye la iluminación de tu casa por bombillas
LED, ya que te ahorrarán más del 60% en iluminación con respecto a las
bombillas tradicionales incandescentes. Además, tienen una vida útil mucho más
larga.
Instala un programador en el calentador, para
que solo caliente el agua durante las horas que la necesitas, como el momento
diario de la ducha. De lo contrario, el calentador pasará todo el día a
calentar el agua inútilmente.
Aprovecha la luz natural para gastar menos en
luz eléctrica. Coloca unas cortinas claras o translúcidas para permitir que la
luz pueda penetrar. Y si colocas un espejo frente a la ventana, podrás duplicar
su efecto.
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