El cambio climático es un problema a escala mundial que requiere de esfuerzos locales en la planificación y ordenación de las ciudades. En los últimos años, uno de estos esfuerzos es la consecución de una verdadera movilidad sostenible, que fomente, entre otras cosas, redes y modalidades de transporte menos contaminantes y, en última instancia, contribuya a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.
Según el Ranking de Movilidad Urbana de Greenpeace, que
evalúa el grado de compromiso de doce ayuntamientos -Albacete, Barcelona, Bilbao,
Madrid, Málaga, Murcia, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla,
València y Zaragoza- con respecto a sus propios planes de movilidad, València
es la segunda ciudad mejor valorada en movilidad con una puntuación de 6,6
sobre 10, precedida de Bilbao, que recibe una puntación de 6,9, y seguida por Barcelona, a
una décima de la capital del Turia.
El informe destaca, entre otras cosas, de esta segunda posición,
la apuesta por la bicicleta que está realizando València con la ejecución de
156 kilómetros de extensión de vías ciclistas en la calzada y 45 compartidas entre
la bici y el coche, así como las actuaciones contra el robo de estos vehículos.
Con respecto a este último punto, el proyecto ‘Viu la Bici’ podría contribuir a
mejorar la seguridad de las personas que deciden coger la bici para desplazarse
en su día a día con la creación de la primera red de aparcabicis cubiertos y a
pie de calle.