El maravilloso espectáculo de las migraciones de millones de aves cada año, no deja de estar exento de peligros para especies tan habituales como la cigüeña blanca. La depredación, la destrucción del habitat, los tendido eléctricos o el cambio climático provocan en estas aves cambios de costumbres para localizar zonas donde alimentarse o lugares donde refugiarse.
Las rutas de las aves migratorias como la cigüeña blanca o el águila calzada están cambiando en las últimas décadas a consecuencia de los "peligros añadidos" por la presencia y la actividad humana, como los cambios o la destrucción del hábitat, la caza ilegal, los tendidos eléctricos eléctricos, aerogeneradores, veneno, caza ilegal o el cambio climático.
La migración de las aves no es siempre igual, dice el estudio, porque las aves se van adaptando a medida que van apareciendo cambios en el entorno, tanto naturales como provocados por el hombre. La ONG ha detectado que algunas aves migratorias están cambiando su migración, zonas de reproducción e ivernada y su fenología migratoria en las últimas décadas.
EP