La actividad
humana no sólo está provocando consecuencias catastróficas para el Planeta. El
principal motivo por el que más de 153
especies son vulnerables o están en peligro de extinción en España es la
actuación de los seres humanos.
El Índice Planeta Vivo 2016 que calcula la asociación WWF revela que la población mundial de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles ha disminuido un 58% entre 1970 y 2012; para 2020 se prevé que este descenso sea de un 67%. De entre todas ellas, las especies de agua dulce son las más amenazadas: han disminuido casi un 81% debido a, entre otras cosas, la pesca masiva.
La principal causa
que señala la ONG para explicar esta disminución de la biodiversidad es la mano
humana. En primer lugar, la explotación
agrícola insostenible y de hectáreas de bosques, páramos de múltiples especies,
ha provocado la pérdida de múltiples hábitats. Asimismo, la disminución de la cantidad de agua dulce
del planeta, la contaminación y el cambio climático son otras causas que han
contribuido a la extinción de las especies.
En este contexto, el número de ejemplares de algunas especies españolas es verdaderamente crítico. Siempre se pone el ejemplo del lince ibérico, pero existen otras especies igual de amenazadas en España: como el quebrantahuesos (con menos de 100 ejemplares en la Península), el oso pardo (con alrededor de 200 ejemplares), el lagarto gigante de el hierro (con unos 200 ejemplares), el águila imperial ibérica (con 400 aproximadamente), la foca monje del mediterráneo (con alrededor de 400 ejemplares también) y el urogallo cantábrico (entre 400 y 500 ejemplares).
De nuevo, el ser
humano tiene una parte de responsabilidad innegable en preservar el ecosistema.
El 34% de la superficie de la Tierra está ocupada por la producción de
agricultura y consumimos casi el 70% de agua dulce. ¿Qué podemos cambiar para
preservar el equilibrio y hacer un mundo sostenible? Algo seguro que sí. Por
ejemplo, replantearnos el sistema de producción de alimentos: una tercera parte
de los alimentos que se producen se tiran.