El nuevo borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética ha anunciado que solo podrán matricularse vehículos eléctricos, movidos por hidrógeno o por cualquier tecnología que no emita dióxido de carbono. Esta norma afectará tanto a los vehículos de gasolina como a los diéseles, híbridos y a los de gas natural y busca reducir hasta 230 millones de toneladas de emisiones de C02.
El Gobierno pretende prohibir la venta de vehículos diésel, de gasolina e
híbridos a partir de 2040 con el objetivo de que, en un plazo de diez años,
no circule ya ningún automóvil que utilice combustibles fósiles. Además,
para favorecer la transición y construir un sistema eléctrico 100% renovable, el
Ejecutivo prevé la instalación de puntos de recarga eléctrica en las actuales
gasolineras en distintos plazos y en función de su volumen de ventas.
La nueva legislación
pretende acercarse a los planteamientos que se formularon en el Acuerdo de París que luchaban contra el
cambio climático apostando por la descarbonización total de la economía. El
pacto mundial que se forjó hace tres años buscaba limitar el aumento de la temperatura
global del planeta por debajo de 2 °C con medidas que se aplicaran a
escala global y, así, reducir el impacto medioambiental que el calentamiento mundial
provocarían sobre nuestro entorno más próximo.
En este tiempo
de transición, el Gobierno estima que la industria
automovilística puede adaptarse sin que se debilite el
sector ni repercuta en una pérdida de puestos de trabajo.