Uno de los principales problemas de nuestro planeta son las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que agrandan el agujero de la capa de ozono que, en última instancia, está propiciando un aumento de la temperatura global del planeta.
En los últimos años, los estados
miembros han tratado de alcanzar pactos y acuerdos a escala supranacional para
revertir esta situación. En concreto, la
Comisión Europea limita las emisiones de más de 14.000 instalaciones de gran
consumo de energía, centrales eléctricas y plantas industriales, y de las
compañías aéreas que operan dentro de la Unión Europea como mecanismo para
luchar contra el cambio climático. Los resultados: agridulces.
Según los nuevos datos divulgados
por la Comisión correspondientes a las empresas sujetas al mercado europeo de
derechos de emisiones, de las 30
empresas que más gases de efecto invernadero generan, 22 son centrales
termoeléctricas, donde se produce electricidad a partir de combustibles fósiles.
La lista la encabeza la central de carbón de Belchatow, en Polonia, y le siguen
otras siete plantas situadas en Alemania, país con más compañías representantes
en la clasificación con 12 de las 30 empresas más contaminantes de la Unión
Europea.
España ocupa el tercer lugar en el ranking con tres centrales térmicas
entre los 30 primeros puestos: As Pontes en A Coruña, Aboño en Gijón y la
central térmica Litoral, en Almería. Pese a todo, las emisiones de la industria,
el sector eléctrico y la aviación en España fueron 132 millones de toneladas en
2018, lo que supone un 6,3% menos que las 140,9 millones de toneladas de 2017.