Hoy es el Día Internacional del Agua, un recurso natural imprescindible para el planeta y para los propios seres humanos. El cambio climático, y el consecuente ascenso de la temperatura global del planeta, ha agudizado situaciones de sequía extrema y aridez en regiones en las que las condiciones meteorológicas no favorecen la obtención de recursos hidráulicos.
Actualmente, la península ibérica está sufriendo una situación de emergencia hidráulica. Según la Agencia Estatal de Meteorología, desde el 1 de octubre hasta el comienzo del año hidráulico, el valor medio nacional de lluvias acumuladas se sitúa en 250 litros por metro cuadrado, lo que representa casi un 29% menos que los litros acumulados el año pasado en este periodo. De hecho, este mes de febrero las reservas totales de agua embalsada en la península son del 42%, doce puntos menos que el año anterior. Estos datos han puesto en alerta a la gran parte de las comunidades autónomas, incluso a Galicia, que ha visto como sus pantanos descendían notablemente.
Hacer frente a esta situación es una cuestión de voluntad.
Hoy mismo, Naciones Unidas (ONU) ha alertado de que España mantiene una deficiente
gestión del recurso en España, donde, pese a tener garantizados los servicios
de agua potable y saneamiento, "sus ríos están exhaustos, sus acuíferos
sobrexplotados y proliferan los pozos ilegales". Pero este problema es
extrapolable a escala internacional: según la ONU, hay
suficiente agua dulce en el planeta, aunque su reparto no es el adecuado. Para
el año 2050 al menos un 25% de la población mundial vivirá en un país afectado
por escasez crónica y reiterada de agua dulce.